Santander, 11 de abril de 2.014
Filandera es un grupo de música folk procedente del Mediterráneo y asentado en Cantabria desde hace más o menos un año al que hace tiempo que seguía la pista.
Hace unas semanas estuvieron en el Rubicón. Fui a conocerles pero llegué tarde, el local estaba lleno y las circunstancias no eran las mejores para dejarse atrapar por el embrujo celta de sus melodías. Me fui sin apenas haberles escuchado confiando en encontrar una ocasión mejor para hacerlo: ¡acerté!
Los brotes verdes de la impetuosa primavera nos regalan tardes de sol pero esta noche el otoño se ha hecho fuerte en El Café de las Artes:
Destello de ámbar en la inmensidad,
noviembre áureo en el gran castañar,
tenue mariposa en tu despegar,
suspiro que el árbol parece exhalar:
navega folinha, baila entre las aguas...
Llueve y las hojas caen de los árboles mientras la cálida voz de Irene ahuyenta la tempestad provocada por algún Nubero desatendido.
Ella es el alma de Filandera. Le acompaña Joansa Maravilla y hoy ambos cuentan con la colaboración de la gran dama del folk cántabro, Kate Gass.
Por su rueca pasan sones irlandeses, gallegos o vascos. Con ellos hila las melancólicas melodías que servían a las hilanderas para llorar sus penas de amor, arrullar a sus pequeñines o auxiliar a las parejas de enamorados que acudían a ellas en busca de consejo.
El suyo es un delicado proyecto musical muy personal que ofrece un sonido íntimo, sereno y evocador que no resultaría menos mágico aunque no esperasen hasta el último momento para regalarnos alguna melodía un poco más primaveral.
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