jueves, 14 de agosto de 2014

EL CORAZÓN DE ANTÍGONA: su latido agita nuestras conciencias

Suances, 10 de agosto de 2.014

La lluvia convocada por algún Nubero caprichoso nos ha obligado hoy a salir corriendo de Barriopalacio de Anievas sin dejarnos apenas tiempo para despedirnos del puñado de seres fantásticos con los que hemos compartido la jornada pero brindándonos a cambio la oportunidad de saborear un pedacito del ciclo de teatro organizado por las compañías Ábrego Producciones e Hilo Producciones.


'Teatro de una noche de verano' es una iniciativa que alcanza este año su segunda edición y cuyo objetivo es "abrir una puerta mágica al entretenimiento en familia, llenando de contenido un tiempo y unos espacios de carácter vacacional".

Nos dirigimos a Suances, donde esta tarde Ábrego Producciones pone en escena "El corazón de Antígona", un trabajo firmado por Pati Domenech y estrenado en 2.006 que la compañía no ha dejado de representar desde entonces y que revisa la tragedia griega escrita por Sofocles en el año 442 a.C.


Antígona era hija de Edipo y hermana de Eteocles y Polinices...
Cuando el rey de Tebas fue desterrado sus hijos se negaron a socorrerle y éste les maldijo deseándoles que se mataran el uno al otro. Ambos acordaron reinar un año cada uno pero cuando Eteocles se negó a abandonar el trono desencadenó una guerra que terminó con ambos hermanos muertos, como su padre había augurado.
Su tío Creonte se proclamó rey. Prohibió que se diese sepultura al cadáver de Polinices por haber muerto atacando su propia ciudad y ordenó que sus restos se abandonasen a las afueras de Tebas, al arbitrio de los cuervos y los perros, mientras los restos de su hermano Eteocles eran enterrados con los más altos honores.
Antígona se rebeló contra su tío y enterró a su hermano por lo que Creonte le condenó a ser sepultada viva.

La historia se repite una y otra vez...
Miles de 'Antígonas' sufren hoy los horrores de guerras promovidas por tiranos manipuladores enfrentándose a la injusticia mientras la acomodada sociedad en que vivimos mira hacia otro lado y asiste impasible al lamentable espectáculo.
Sus corazones yacen bajo tierra. Sus latidos se revelan contra la indiferencia invitándonos a ejercer nuestro derecho a la libertad individual, a pensar por nosotros mismos y clamar justicia.


María Vidal llena el escenario. Su trabajo es extraordinario. Su dolor y su rabia traspasan nuestros corazones. Sus lágrimas se convierten en nuestras lágrimas... ¡¡¡Todos somos Antígona!!!

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