jueves, 22 de enero de 2015

PHANTOM OF THE OPERA: You're the music of all my nights

Londres, 8 de diciembre de 2.014

Reconozco que viajé a Londres sin preparar demasiado la visita. Me pregunto cómo es posible que llegase allí sin haber consultado la programación de sus teatros...
Por suerte la primera noche, paseando desde Picadilly Circus hacia Trafalgar Square, pasé frente al Teatro de su Majestad: de sus paredes colgaban carteles promocionales del musical "El fantasma de la ópera" y la cara que se me quedó hizo que el personal de la sala se me acercase para proporcionarme información referente al precio y los horarios de sus funciones. Al día siguiente estábamos allí...


Her Majesty's Theatre es un teatro construido en 1.897 . Albergó el estreno de obras de importantes dramaturgos y grandes producciones de Shakespeare, pero las dimensiones de su escenario propiciaron que desde muy pronto se especializase en la producción de musicales de gran formato como "El fantasma de la ópera", estrenado el 9 de octubre de 1.986, fecha desde la que no ha dejado de representarse, superando las once mil representaciones para convertirse en el tercer espectáculo más longevo del West End londinense.


Say me you want me beside you forever because I love you.
You're the music of all my nights so, please, sing for me!

"Phantom of the opera" es un musical de Andrew Lloyd Weber basado en la novela francesa "Le fantôme de l'opéra" de Gastón Leroux.
El idioma podría haber sido un obstáculo para poder disfrutar de la función pero conocía la versión cinematográfica dirigida por Joel Schumacher en 2.004 protagonizada por Gerard Butler y Emmy Rossum así que entender el argumento no iba a ser un problema.

La historia gira en torno a la joven cantante Christine Daaé, que se debate entre el amor que siente por su prometido, Raoul, y la inmensa gratitud que experimenta hacia el Fantasma de la Ópera, el misterioso individuo enmascarado que vive en los subterráneos del teatro de la Ópera de París y que le ha convertido en una estrella.

El libreto no está a la altura del espectáculo pero por suerte no es más que el envoltorio de una banda sonora sublime formada por un puñado de cautivadoras canciones repletas de momentos mágicos que me invitan a cerrar los ojos y, olvidándome de lo que sucede sobre el escenario, dejarme seducir por la magia de la música.

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