Mogro, 29 de enero de 2.015
Hace diez años, cuando la reina Amidala regresó a Naboo, su planeta estaba bajo el control de la Federación de Comercio. Con la ayuda de sus vecinos, los gungan, consiguió derrotar al ejército invasor pero durante la batalla Qui-Gon Jinn hubo de enfrentarse a Darth Maul, aprendiz de Darth Sidous, Señor Oscuro de los Sith, fieles seguidores del lado oscuro de la Fuerza.
Qui-Gon murió durante la pelea pero Obi-Wan derrotó a su adversario y prometió a su maestro completar la formación del joven Anakin.
En 2.008 llegó a las pantallas de cine la segunda parte de la segunda trilogía de "Star Wars", "El ataque de los clones", el segundo capítulo de la saga.
Hay inquietud en el Senado Galáctico. Varios miles de sistemas solares han declarado su intención de abandonar la República.
En 2.008 llegó a las pantallas de cine la segunda parte de la segunda trilogía de "Star Wars", "El ataque de los clones", el segundo capítulo de la saga.
Este movimiento separatista, liderado por el misterioso Conde Dooku, ha provocado que al limitado número de Caballeros Jedi les resulte difícil mantener la paz y el orden en la galaxia.
La senadora Amidala, la antigua reina de Naboo, regresa al Senado Galáctico para dar su voto en la crítica cuestión de crear un Ejército de la República que ayude a los desbordados Jedi...
Después de diez años Obi-Wan Kenobi velará por su seguridad y Anakin, su joven padawan, volverá a verla. El muchacho ha crecido pero siempre será para ella aquel niño que conoció en Tatooine: no ha pasado un sólo día sin que él pensase en ella pero parece que ella se ha olvidado de él.
Después de que un cazarrecompensas intentase asesinarla, el Consejo Jedi encarga al joven Skywalker regresar con Amidala a Naboo y protegerla mientras su maestro trata de descubrir la identidad del asesino.
Los dos jóvenes viajan de incógnito al País de los Lagos.
Ambos se sienten atraídos el uno por el otro pero, a pesar de sus sentimientos, su relación es imposible: él se convertirá pronto en caballero Jedi y ella es senadora. Mantendrán el secreto y vivirán una mentira.
Anakin se convierte en prisionero del beso que ella nunca debió darle. Consagrar la vida a los Jedi es duro: el apego está prohibido...
Sus aptitudes han vuelto al joven Anakin arrogante pero aún le queda mucho por aprender. Si la profecía es cierta, él es el único que puede devolver el equilibrio a la Fuerza. Las pesadillas le atormentan. La ira y el odio le corroen. Enfurecerse es humano pero él es un Jedi y debe estar por encima de esos sentimientos...
Ambos se sienten atraídos el uno por el otro pero, a pesar de sus sentimientos, su relación es imposible: él se convertirá pronto en caballero Jedi y ella es senadora. Mantendrán el secreto y vivirán una mentira.
El miedo es el camino hacia el lado oscuro: el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento...
Las investigaciones de Obi-Wan Kenobi le llevaron hasta un pequeño planeta cuyos habitantes estaban ultimando la entrega de un ejército de clones preparados para el combate que alguien les había encargado hace diez años.
Mientras el Senado le concedía poder absoluto al canciller Palpatine, que tras la destitución del canciller Valorum se había convertido en Canciller Supremo, para aprobar la utilización de este ejército de clones, el maestro Obi-Wan era capturado por los separatistas.
Anakin y Padme fueron los primeros en llegar para ayudarle pero ellos también fueron hechos prisioneros. Los tres estaban a punto de morir...
En un circo romano de otra época, frente a la atenta mirada de un público enfervorizado presidido por el Conde Dooku y por el Virrey de la Federación de Comercio, se enfrentaron a un puñado de bestias salvajes a las que consiguieron derrotar. Sin embargo, habrían sido víctimas de los droides de la Federación si un puñado de Jedis comandados por los maestros Windu y Joda no hubiesen llegado al frente de un ejército de clones. La batalla fue dura y muchos Jedis murieron...
Anakin y Obi-Wan pelearon con el Conde Dooku. Los poderes de él eran superiores a los suyos pero atacando conjuntamente tal vez habrían tenido alguna posibilidad de vencerle. El joven padawan dejó que sus sentimientos interfiriesen y ambos fueron derrotados. Sólo la intervención del maestro Joda impidió que acabase con sus vidas.
Sin embargo el Conde Dooku consiguió escapar y presentarse ante el maestro Darth Sidious para confirmarle que sus planes marchaban según lo planeado: ¡la guerra había comenzado!
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