miércoles, 11 de febrero de 2015

LA AMENAZA FANTASMA: no es lo que buscaba...

Mogro, 26 de enero de 2.015


En 1.999 George Lucas estrenó "La amenaza fantasma", el primer episodio de su serie cinematográfica "Star Wars".
Rodada veintidós años después del estreno de "La guerra de las galaxias", su animación por ordenador ha envejecido mucho peor que los efectos especiales de aquella. El afán por encontrar respuestas para los muchos interrogantes que el visionado de la trilogía original deja por el camino arrastró a los fieles seguidores de la saga a los cines de todo el mundo pero no encontraron lo que buscaban...


La República Galáctica está sumida en el caos. Los impuestos de las rutas comerciales a los sistemas estelares exteriores están en disputa. Esperando resolver el asunto con un bloqueo de poderosas naves de guerra, la codiciosa Federación de Comercio ha detenido todos los envíos al pequeño planeta de Naboo.
Mientras el Congreso de la República debate intermináblemente esta alarmante cadena de acontecimientos, el Canciller Supremo ha enviado en secreto a dos Caballeros Jedi, guardianes de la paz y la justicia en la galaxia, para resolver el conflicto...

Qui-Gon Jinn es uno de los embajadores enviados por el Canciller Supremo. Le acompaña su joven padowan: Obi-Wan Kenobi.
La negociación con el líder de la Federación es corta: los caballeros jedi descubren que, mientras la joven reina Amidala trata de evitar cualquier actuación que pueda conducir a una guerra, la Federación de Comercio pretende desplegar un ejército de droides con el que invadir su planeta.


Son atacados pero escapan y se dirigen a Naboo. Jar Jar Binks, un simpático nativo de grandes orejas que ha adquirido una deuda de vida con el Jedi, les conduce hasta la capital a donde llegan justo a tiempo de impedir que la reina fuese detenida por los droides del ejército invasor.


La Federación de Comercio pretendía que Amidala firmase un tratado que legalizase la invasión pero ella se niega a hacerlo y, confiando en que el senado la respalde, huye con los Jedis para dirigirse a Coruscant, sede del Congreso de la República.
El deflector de la nave con la que superaron el bloqueo al que Naboo estaba siendo sometido fue dañado por el fuego de la flota enemiga y sólo la rápida y acertada intervención de un valioso droide, R2-D2, evitó que fueran derribados.
Aterrizan en Tatooine para reparar la nave y conocen al joven Anakin Skywalker, un esclavo que pertenece a Watto, propietario de una tienda de repuestos...


El mayor problema de este universo es que nadie ayuda a nadie. El sino de Anakin era ayudarles a ellos: confiaron su destino a un niño al que apenas conocían...
Pilotó su propia nave en una peligrosa carrera de bainas que ganó y con el dinero que obtuvieron en las apuestas compraron su libertad y las piezas que necesitaban para reparar la nave.



La Fuerza era extraordinariamente poderosa en él. No hubo padre. Su madre le llevó dentro, le dio amor y le crió: no puede explicar lo que pasó. El elegido tal vez el muchacho sea: aquél que las profecías dicen que traerá el equilibrio a la Fuerza... ¡Su destino es incierto!



Anakin abandonó Tatooine con Qui-Gon Jinn para ser presentado ante el Consejo y convertirse en su aprendiz.
Cuando los caballeros Jedi llegaron a Coruscant, sede del gobierno de la Antigua República, el senador Palpatine esperaba a la reina Amidala: el canciller había convocado una sesión especial del Congreso para escuchar las explicaciones de la soberana.
Parece difícil que el senado rechace la invasión. El Canciller Valorum se ha convertido en una marioneta de los burócratas: debérían presentar una moción en su contra y promover la elección de un nuevo Canciller Supremo más sólido si no quieren asumir el control de la federación...

No hay comentarios:

Publicar un comentario