viernes, 15 de enero de 2016

EL TIEMPO Y LOS CONWAY: decepcionante viaje en el tiempo

Santander, 15 de enero de 2.011

Los Conway, una familia burguesa acomodada, festejan el final de la primera guerra mundial y el cumpleaños de una de las hijas de la familia.
Todo es alegría y alboroto, optimismo y diversión.



La fiesta se interrumpe; viajamos veinte años en el tiempo y somos testigos de las penurias, decepciones y enfrentamientos a los que la familia se va a ver sometida en el futuro.


Regresamos a la fiesta de cumpleaños pero ahora que conocemos el destino de los personajes les vemos con otros ojos.

J.B. Priestley nos presenta hoy en la Sala Argenta del Palacio de Festivales una colección de personajes que no son sino un juguete en manos del tiempo.


El discreto trabajo de los actores (salvo la destacable intervención de Luisa Martín) me deja frío. De haber sabido como me iba a sentir al terminar la función me hubiese quedado en casa.
Sin embargo seguramente tenga razón William Blake y para ser realmente felices y gozar de la vida debamos saborear en igual medida los buenos y malos momentos que el destino nos brinde.

Alegría y dolor tejen un manto único
para el alma inmortal.
Bajo cada amargura,
pone su hilo de seda la divina alegría.
Y está bien que así sea.
El hombre fue creado de alegría y dolor,
y cuando esta verdad nos habita por dentro
marchamos más seguros por el mundo.

“Auguries of Innocence” (1803)

                                William Blake

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