Santander, 4 de julio de 2.016
José Ramón Sánchez afirma que tuvo que esperar hasta la adolescencia para descubrir el misterio de los pentágonos: "¡eran la vida!". Sus cinco lados representan la niñez, la adolescencia, la juventud, la madurez y la vejez. Todo en su sitio. Todo colocado y bien asentado: la vida plana de la niñez, la vida ascendente de la pubertad y la juventud, y la vida que cae hacia la madurez y se precipita en la vejez. Ya entonces, a los dieciséis años, se prometió hacer del pentágono una aventura pintada, y su sueño se hizo realidad...
En las instalaciones de la Biblioteca Central de Cantabria el artista ha presentado 'El Péntago Ilustrado', una exposición con sesenta y ocho óleos inspirados en sus cinco obras cumbre: 'El Quijote', 'La Bilbia', 'La Divina Comedia', 'Moby Dick' y 'El Beato de Liébana', que le ha permitido sadar la deuda que tenía con los libros desde niño, como lector y como dibujante.
Comenzó a construir su pentágono en 1.991 y lo hizo de la mano de D. Miguel de Cervantes. El cuadro que abre la exposición condensa la totalidad de "El Quijote": narra la locura de Alonso Quijano, habla de los libros de caballería que él leía, y hace guiños al tono oriental de la obra de Cervantes y su gusto por la novela pastoril, el teatro, los dragones....
Del mismo modo que hacía cuando se asomaba a nuestros televisores, José Ramón Sánchez nos invita a sumergirnos en sus cuadros para vivir maravillosas aventuras llenas de color
Nosotros aceptamos el reto: nos tiramos al suelo y dibujamos nuestra propia versión de la historia...
En 1.995 el artista cántabro comenzó a ilustrar el segundo lado de su particular pentágono: "La Biblia". Se olvidó de la acción y entre la confusión y la duda descubrió sus propias intuiciones...
En 2.002 firmó su primer proyecto con Ediciones Valnera. Moby Dick se convirtió en el tercer lado de su pentágono. Sin salir de su estudio 'rodó' en formato panorámico su propia película: inventó planos generales, secuencias, primeros planos, interiores sombríos y exteriores marinos para narrar una trágica persecución por mar...
Y en 2.005 llega el cuarto lado de su polígono vital: "La Divina Comedia". Sus cantos le apabullaron y junto a Dante y Virgilio emprendió un viaje complicado, oscuro, demoledor, apasionante y aleccionador. Descendió a los infiernos ligero de equipaje y renunciando a los grandes formatos pintó lo desconocido en blanco y negro. Prescindir de sus colores de siempre fue su singular purgatorio y vislumbrar las luces del paraíso supuso un alivio impagable. Gozó sumergiéndose en sus cascadas de azul claro, sus cielos sonrosados, sus montes verdosos y sus llanuras iluminadas...
'El Beato de Liébana' ha sido la última estación de su singular viaje y el libro con el que más ha gozado: los desvaríos de un loco que le proporcionaron libertad y espacio...
"Vivan los locos que pueblan el mundo, pues estos son quienes salvan las civilizaciones y las culturas."
Ilustrarlo en 2.006 supuso la culminación del proyecto de un adolescente que, ahora que ha alcanzado la vejez, regresa a menudo al primer lado de su pentágono para pasear con el Caballero de la Triste Figura y soñar junto a él...
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