Santander, 13 de agosto de 2.018
“Trumán” (2.015) es una coproducción hispano-argentina dirigida por Cesc Gay y protagonizada por Ricardo Darín y Javier Cámara que triunfó en la trigésima edición de los premios Goya, una extraordinaria historia de amistad que destila miedo, dolor y tristeza, y en la que, aunque parezca que no pasa nada, se esbozan detalles de una vida entera.
Julián
(Ricardo Darín) tiene un perro al que le cuenta todo, pero aún no le ha dicho
que se va a morir. Se llama Trumán. Pretende darlo en adopción y dejarlo todo
arreglado para que, cuando él falte, siga estando perfectamente atendido.
Lleva
luchando contra su cáncer de pulmón más de un año y justo cuando este parecía
que le iba a dar un descanso el muy boludo va y sale a hacer turismo por el
resto de su cuerpo. Ha decidido que el tiempo que le quede no lo va a pasar
entrando y saliendo del hospital. Haga lo que haga, va a morir: ¿para que seguir?
¿Solo para ganar algo de tiempo? No piensa esperar hasta el final. Cuando la
cosa se ponga fea tiene intención de meterse en la cama, tomar unas pastillas y
ya está…
Tomás
(Javier Cámara) ha viajado a España desde Canadá para pasar cuatro días a su
lado y despedirse de él. Es el primer amigo que va a ver morir y no sabe muy
bien cómo afrontarlo…
Comparte
con él sus últimas bocanadas de vida y es testigo de algunas de sus despedidas.
Conversan, pero el tiempo pasa rápido y tiene la sensación de no haber hablado
lo suficiente. Se siente tan orgulloso de él...
El extraordinario guión firmado por el
propio Cesc Gay, la sutileza de sus diálogos, la delicada banda sonora que los envuelve
y la complicidad que comparten sus dos protagonistas hacen de esta agridulce
película una pequeña joya que hay que degustar a solas, con calma, en el saloncito
de casa y con poca luz, como si estuviéramos en el teatro…
No hay comentarios:
Publicar un comentario