Santander, 4 de agosto de 2.010
Conocí
a Rafael Álvarez, “El brujo”, hace más de quince años, cuando recorría los
teatros de España presentando “La sombra del Tenorio”.
Su
personaje me conquistó y desde entonces siempre que he tenido ocasión he gozado
con él.
Disfruté
de “El contrabajo” y de su “Arcipestre”
y hoy, en el teatro Casyc de Santander me he emocionado con “El testigo”.
“El
brujo” se mete en la piel de los personajes que representa y consigue que el
espectador se sienta cómodo y en contacto directo con ellos; hace que sintamos
y nos emocionemos sin olvidarnos de reír.
Hoy “El brujo” se ha transformado en “El testigo”, un cantaor flamenco
del montón que recuerda a su amigo fallecido Miguel Pantalón; le admira por
como vivió su vida, por como fue y por como honró al cante.
Con
su arte nos emociona y traslada a un tablao gaditano.
Hoy, con él, hemos disfrutado del duende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario