Maliaño, 23 de agosto de 2.012
Conocí a la compañía catalana La Tal hace más o menos un año, durante la Muestra de Artes Fantásticas (MAF) de Santander, cuando acuciados por la lluvia tuvieron que instalar su carrillón en el patio del Parlamento de Cantabria para sorprenderme con un espectáculo que destaca por su cuidada puesta en escena.
Hoy han vuelto a la tierruca.
Lo han hecho a Maliaño, invitados por el Festival de Verano de Camargo, y esta vez sí ha podido ser al aire libre, en la Plaza de la Constitución, donde han levantado su particular y reducido escenario.
Los pequeñajos se han multiplicado y a mis sobrinos se han sumado un montón de amiguitos y amiguitas; rodeado por todos ellos he disfrutado aún más de esta preciosa y divertida pantomima.
Un viejo relojero algo torpe es el encargado de engrasar el amasijo de tuercas, tornillos y engranajes que forman el esqueleto del reloj, colocar las agujas en su lugar, darle cuerda, acicalar a los autómatas que protagonizarán el paso del tiempo y poner en marcha el carrillón.
Cuando el espectáculo concluye sobre el escenario los renacuajos se deslizan por la plaza despacio, casi a cámara lenta, sin palabras, sorprendiéndonos con divertidas exclamaciones y construyendo una divertida coreografía de golpes y puñetazos.
Imitan lo que han visto.
Les ha gustado.
¡FANTÁSTICO!
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