Santander, 16 de marzo de 2.019
Los chicos de Escena Miriñaque nos invitan
a probar su “Dulce de leche” y no podemos rechazar su ofrecimiento...
Tú eres mi Yo-Yo:
“damos la vuelta a la casita, abrimos las
ventanas, corremos las cortinas y juntos dibujamos un balcón…”
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7uo6gDiLIRmY3Ak9uD2BtAIXlZ48Xm_Lz-MgKJ__LQWu4UGuRjZDsoXTVpSMC7JRo-I5bh9alhQfV59aGk4HBnORq4AzCm599Wb3jeJisC9RF_2JmeIIvUUFBDBKSDQx4NekjKqzxkPHV/s200/descarga+%25281%2529.jpg)
Una cigüeña pico-picotea el tejado de su
casa: “tic-tac-toc, un huevito espera”.
Nuestra mamá le abre las puertas de su
casa y a través del juego ambas asisten al despertar de los sentidos de sus
pequeños: ríen, lloran, se enfadan, corren, bailan, cantan, cocinan y duermen… Juntos
descubrimos la belleza del mundo que les rodea.
En
la casita del Dulce de Leche guardamos los poemas en tarros de confitura y
cajas de galletas. De vez en cuando, alguna lágrima se nos resbala en los
pucheros, pero siempre nos queda en la despensa: pan de ángel, manzanas de
esperanza y conservas de amor y miel…
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