miércoles, 24 de abril de 2019

CHEBÚ: vivir es querer vivir más...

Santander, 17 de diciembre de 2.018


Los chicos de Chebú han sido los responsables de clausurar hoy el ciclo ‘Cajas de música’, organizado por la gente de ‘Huesos de Portobello’ en los Cines Groucho.


Últimamente, ni ellos ni yo nos prodigamos tanto por los locales que apuestan por la música en directo en nuestra región como antes. La última vez que los vi fue el 19 de noviembre de 2.016, en el Centro Cultural de Quijano, en Piélagos. Desde entonces, mientras yo cambiaba pañales, preparaba biberones y me llenaba de vida, ellos han tenido ocasión de publicar su segundo disco: “Desorden en equilibrio” (2.017), cocinar el tercero y estrenar el mejor proyecto de sus vidas…

Compartimos, sin saberlo, preocupaciones y nuevas oportunidades, pero, cada uno a su manera, seguimos adorando empaparnos del delicioso aroma de la música en directo.

Descanso teniéndote junto a mí,
sabiendo que hoy podrás dormir…
Tiño de azul y gris aquello que ves.
Soy tu noche oscura y fiel,
tu sombra en las esquinas:
voz que al hablar acalla mentiras.
Respira: yo vigilo por ti.
¡Nadie te arrebatará el silencio!


Vivir es querer vivir más para, entre otras cosas, poder escucharlos de nuevo y saborear infinitamente el cristalino torrente de voz que mana por la garganta de Yenia…


Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo,
supe que todo no era más que nada.
Grito: “¡Todo!”, y el eco dice: “¡Nada!”.
Grito: “¡Nada!”, y el eco dice: “¡Todo!”.
Ahora sé que la nada lo era todo
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

(“Vida”, José Hierro)

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