Torrelavega, 3 de julio de 2.019
El año pasado, de manera un tanto precipitada,
el festival ‘Música en grande’ hubo de mudarse de la santanderina campa de La
Magdalena a Torrelavega. Este año, la sede vuelve a ser la misma, pero los
responsables de Mouro Producciones han trasladado el escenario al campo de fútbol
de El Malecón y, además, para no coincidir con las fiestas de Santiago, han adelantado
las fechas un par de semanas.
El cartel de la jornada inaugural es
ilusionante…
La convocatoria de Sidecars y Carlos
Tarque me brinda la posibilidad de sacarme dos espinitas de una tacada, ya que,
aunque tanto los unos como el otro han visitado Santander recientemente, en
ambos casos me lo perdí. El poker de ases lo completan los miembros de
Senártica, herederos de la defenestrada banda santanderina Nebraska, y Quique
González, quien, alejado de los escenarios desde hace casi dos años, afirma no
recordar haber estado nunca tanto tiempo sin tocar en directo.
Llegamos a Torrelavega muy pronto. Es
todavía de día, aunque casi no lo parece. El cielo se tiñe de gris: amenaza
lluvia y no engaña. Los chicos de Senártica corretean por el escenario cuando
comienza a llover…
Esto ya no va a parar: el agua ha venido para
quedarse. Los chicos de Sidecars se suben al tablao y agradecen la determinación
de un público al que la lluvia no amedrenta.
Estos chicos han crecido mucho. El conejo
que guardan en la guantera es una réplica casi perfecta de Leiva, pero eso no es
malo, pues, quien a los suyos se parece, honra merece, ¿no?
Juancho y sus chicos llevan más de diez
años sobre los escenarios. Ya no disparan balas de fogueo y sus ráfagas de rock
sacuden nuestros pies.
La noche ha comenzado muy bien, mejor de
lo esperado. Tenía ganas de rock y Sidecars ha saciado mis ansias. Ahora viene lo
bueno…
Quique González, junto a un puñado de
detectives sin casos que resolver a corto plazo (Alejandro ‘Boli’ Climent, Edu
Olmedo y Pepo López), asaltan el escenario acompañados por un grupo de músicos
contratados para paliar la ausencia de los ausentes.
La lluvia va y viene. Las nubes parece que
quieren darnos una tregua, pero ya es demasiado tarde. ¡Estoy empapado! Quique
y los suyos están desentrenados, y eso se nota. Yo me quedo frío y ellos no
consiguen hacerme entrar en calor…
¡‘Nina’ viene al rescate! Solo su
imprevista y momentánea aparición, acompañada por David ‘Chuches’ Schulthess,
ambos de gira con Morgan, consigue, pese a los despistes, alejarme del
inquietante letargo en el que estoy a punto de caer.
Lo cierto es que Quique González tiene
tablas y canciones como para capear cualquier temporal. No ha sido su mejor
noche, pero la ha sacado adelante. Afortunadamente, lo mejor siempre está por
venir...
Hace unos meses, después de veinticinco
años juntos, Ricardo Ruipérez y Carlos Tarque emprendieron caminos diferentes
que no sabemos si supondrán el final de M-Clan o solamente un descanso...
En octubre, Carlos publicó su primer álbum
en solitario (“Tarque”, 2.018), un disco producido por Carlos Raya -antiguo miembro
de M-Clan-, en el que se percibe la influencia de los sonidos con los que el
murciano se inició en el mundo del rock.
“Yo soy
rockero de sentimiento: crecí con este tipo de música, sobre todo con AC/DC y el
tronco más duro del rock”
En enero, lo presentó en el Escenario Santander,
pero me lo perdí. Hoy ha venido a hacerlo a Torrelavega acompañado por el
propio Carlos Raya (guitarra) y por sus compañeros de ‘juventud’ Iván ‘Chapo’
González (bajo) y Coki Jiménez (batería).
No quería perdérmelo. Era el concierto que
más me apetecía ver hoy, pero me ha decepcionado. Es verdad que yo no he puesto
mucho de mi parte -era tarde, me había quedado frío y estaba cansado-, pero
tengo la sensación de que hoy a Carlos se le ha ido un poco la ‘pinza’… La
potencia, sin control, no sirve de nada: ¡el rock no es solo ruido! Espero
poder desquitarme pronto.
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