Mogro, 19 de junio de 2.011
Después de disfrutar de “Medianoche en París” me propuse darle una
oportunidad a alguna de las películas de Woody Allen que había ignorado después
de la decepción de “Vicky, Cristina, Barcelona”.
En
2.009 el genial director volvió a rodar en Nueva York y una vez más nos ofreció
paseos por una gran ciudad, música de jazz, diálogos con el espectador y
reflexiones sobre las relaciones humanas.
“Si la cosa funciona” está
protagonizada por Larry David, un físico sexagenario, inteligente, misántropo,
neurótico e hipocondríaco que cree firmemente en el azar y por Evan Rachel
Wood, una sureña de ojos azules, rubia, guapa, joven, inocente y sencilla que
llega a Nueva York huyendo de una madre alcohólica, supersticiosa y
absorbente.
El destino entrelaza sus caminos y pese a la gran diferencia de edad se
casan y durante un tiempo son felices.
Las relaciones entre las personas son siempre complejas: dejemos los tópicos
a un lado, no establezcamos leyes que marquen nuestro camino y dejemos que el
azar nos ayude a ser felices.
Mientras
la cosa funcione…
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