domingo, 26 de junio de 2016

ISABEL (XVI): algo inmenso les aguarda...

Santander, 26 de junio de 2.016

En 1.485, rechazado por el rey de Portugal, llegó a la corte de Segovia un joven Cristóbal Colón (Julio Manrique) que, amparándose en sus amplios conocimientos del Mar Tenebroso y en la posesión de las cartas de navegación de su suegro, el navegante portugués Perestrelo, le propuso a la reina Isabel la búsqueda de una atractiva ruta hacia las Indias por el oeste que, después de navegar sin tocar tierra durante varias semanas, permitiría rodear el mundo y abrirle paso a la palabra de Dios, cercando a los infieles al mismo tiempo que aportaría grandes riquezas a Castilla ya que todo el comercio de oro, especias y azúcar pasaría por su reino.


Fray Hernando le tachó de embaucador pero ella le encomendó la tarea de convocar una junta en la que hombres versados evaluasen su proyecto. Éste fue rechazado pero el empeño y la determinación de Cristóbal Colón hicieron que Isabel reconsiderase su decisión y le prometiera ayudarle cuando la guerra de Granada no fuese su principal preocupación.

El infiel había caído pero Isabel no disponía de fondos con los que financiar la expedición. Dios les había llamado a cumplir una misión que prometía gloria a cambio de sacrificio: ¡el dinero sobrante de la bula papal para la lucha con el infiel se utilizaría para financiar la expedición!
Colón se declaró vasallo de Castilla, como habrían de serlo también todas las tierras descubiertas por él, y a cambio percibiría las rentas asociadas a su posición de virrey de todas las islas y porciones de tierra firme conquistada. El 17 de abril de 1.492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe por las que la Corona le otorgaba el título de Almirante de la Mar Océana así como los cargos de virrey y gobernador general con carácter hereditario de todas las tierras descubiertas y además le prometía la décima parte de todas las riquezas que se obtuvieran, tales como oro, plata, piedras preciosas y especias, así como una octava parte de todos los beneficios que del viaje se obtuviesen.


Tres carabelas aprovisionadas con víveres partieron del puerto de Palos el 3 de agosto de 1.492: "¡Que Dios guíe sus naves!"


El 12 de octubre de 1.492 -dos meses después-, arribaron a la isla de Guanahaní.


Yo, don Cristóbal Colón, pongo a Nuestro Señor, Dios todopoderoso, como testigo: tomo posesión de estas tierras en nombre de sus reyes, don Fernando de Aragón y doña Isabel de Castilla, y las bautizo con el nombre de San Salvador.

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