Santander, 24 de marzo de 2.017
Cuando Judith Jáuregui escuchó "Los boleros de Chopin", de Pepe Rivero, se enamoró de la lectura que el cubano hacía de las partituras del compositor polaco: de sus improvisaciones, de su ritmo y de su frescura... Le propuso compartir escenarios y él aceptó: así nació "Chopin' Chopin"...
Sobre el escenario de la Sala Argenta del Palacio de Festivales se disponen dos pianos enfrentados.
A la izquierda está ella: vestido negro, pelo recogido, brazos largos y dedos infinitos... A la derecha, él: traje, corbata y escolta (contrabajo y batería)...
Ella golpea primero: no necesita partitura, sus dedos se deslicen sobre el teclado del piano y la magia nos envuelve. Cerramos los ojos y contemplamos la belleza...
Él recoge el guante: repite sus acordes, se deja llevar e improvisa nuevas variaciones. Abrimos los ojos y nuestros pies se mueven al ritmo impuesto por sus manos...
Ambos se escuchan mutuamente y construyen un concierto único, sorprendente y muy personal, en el que la técnica, el virtuosimo, la belleza y la armonía de la música clásica se funden con la pasión, el ritmo y la improvisición del jazz latino. El espíritu de Chopin sobrevuela el escenario y las 'Scénes d'enfants", del catalán Frederic Mompou, dictan sentencia: ovación unánima y combate nulo. ¡¡¡La música es la única triunfadora!!!
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