martes, 19 de septiembre de 2017

PARÍS, FIN DE SIGLO: neoimpresionistas, simbolistas y nabis

Bilbao, 6 de septiembre de 2.017


Hace tiempo que contemplaba la posibilidad de visitar una de las exposiciones organizadas por el Museo Guggenheim de Bilbao para conmemorar su vigésimo aniversario: 'París, fin de siglo: Signac, Redon, Toulouse-Lautrec y sus contemporáneos".


En París, los últimos años del siglo XIX constituyeron un periodo de agitación política y de transformación cultural. La prolongada crisis económica y los problemas sociales estimularon la formación de grupos de izquierda radical y la consiguiente ola de conservadurismo que invadió Francia a finales de la década de 1.890. En 1.894, mientras el caso Dreyfus dividía al país a raíz de la injusta condena por traición impuesta a un oficial de origen judío-alsaciano, el presidente Sadi Carnot era víctima de un atentado anarquista; acontecimientos como estos evidenciaban la polarización existente en la sociedad francesa, dividida en burgueses y bohemios, conservadores y radicales, católicos y anticlericales, anarquistas y antirepublicanos...

A finales de la década de 1.890 apareció una generación de creadores que gestaron diferentes movimientos artisticos. Los neoimpresionistas, los simbolistas o los nabis no eran sino un reflejo de las diferentes facetas de aquel momento tan convulso. Sus temas seguían siendo fundamentalmente los mismos que los de sus predecesores impresionistas: el paisaje, la ciudad moderna y las actividades de ocio, pero los trataban de un modo diferente, añadiendo escenas introspectivas y visiones fantásticas.

"Mont Saint Michel: bruma y sol" (1.897)
(Paul Signac)

"Los cipreses" (1.897)
(Henri-Edmond Cross)

La vanguardista aspiración de captar espontáneamente un instante fugaz de la vida contemporánea dejó paso a la realización de obras cuidadosamente acabadas que pretendían suscitar emociones, sensaciones y cambios en la psique del observador. A pesar de que sus posturas en ocasiones eran contradictorias, unos y otros compartían el deseo de crear arte con una resonancia universal y muchos de estos artistas podrían ser incluidos en diferentes grupos a la vez. Analizados en conjunto, los distintos estilos de esta turbulenta década dibujan un mapa complejo, de teorías estéticas y filosóficas divergentes, y reflejan los desestabilizadores acontecimientos que tuvieron lugar en el umbral del siglo XX.

Encabezados por Georges Seurat, los neoimpresionistas entraron en escena como grupo en 1.886, durante la octava y última Exposición Impresionista de París. Tras el prematuro fallecimiento de Seurat, Paul Signac le sucedió como líder y teórico del movimiento.

"Saint Tropez: Fontaine des Lices" (1.895)
(Paul Signac)

"Saint Tropez después de la tormenta" (1.895)
(Paul Signac)

Henri-Edmond Cross y Maximilien Luce fueron dos de los principales representantes de un movimiento al que durante algún tiempo también se unieron artistas como Camille Pissarro -considerado impresionista anteriormente- y autores con intereses similares procedentes de paises cercanos, como el belga Théo van Rysselberghe.

"El muelle de l'École" (1.889)
(Maximilien Luce)

"Vista de Londres: Cannon Street" (1.893)
(Maximilien Luce)

 "Canal en Flandes con cielo gris" (1.894)
(Théo van Rysselberghe)

"El molino de Kalf, en Knokke" (1.894)
(Théo van Rysselberghe)

A la hora de crear efectos ópticos en sus lienzos puntillistas, estos vanguardistas pintores se inspiraron en las teorías del color y la percepción, y en los métodos ópticos y cromáticos desarrollados por científicos de la época. Su moderna y revolucionaria técnica pictórica se basaba en la yuxtaposición de pinceladas de pigmento que conseguía generar la apariencia de un solo tono de gran intensidad. La combinación de colores complementarios y formas delicadas permitió a los neoimpresionistas crear composiciones formalmente unificadas. La representación del efecto que la luz ejerce sobre el color al refractarse en el agua, al filtrarse en determinadas condiciones atmosféricas o al reverberar y propagarse por los campos fue una preocupación constante en su trabajo.

"Paisaje con Le Cap Negre" (1.906)
(Henri-Edmond Cross)

"Pinos piñoneros: Sainte-Maxime"
(Hippolyte Petitjean)

La mayoría de los neoimpresionistas compartían la ideología política de izquierdas, como puede observarse en la manera en que Pissarro y Luce retrataron a las clases trabajadoras.

"Fábrica de ladrillos Delafolie, en Éragny" (1.886-1.888)
(Camille Pissarro)

"El café" (1.892)
(Maximilien Luce)

Las visiones idealizadas del anarcosocialismo y anarcocomunismo se plasmaron en las escenas utópicas que los neoimpresionistas representaban frecuentemente en sus trabajos, y que solían aunar contenido ideológico y teoría técnica. Pero incluso cuando no les guiaba un objetivo político, las brillantes interpretaciones que hacían de la ciudad, las zonas de extrarradio, el mar o el campo reflejan lugares llenos de armonía.

"Apertura de la calle Réaumur" (1.896)
(Maximilien Luce)

"Árbol en flor" (1.893)
(Achille Laugé)

Si bien el simbolismo nació como movimiento literario en la década de 1.880, la filosofía idealista y las cualidades formales sumamente estilizadas de esta corriente impregnaron rapidamente las artes visuales. El término 'simbolista' se aplica a una serie de artistas que compartían objetivos antinaturalistas.

"El barco" (1.894)
(Odilon Redon)

Los artistas asociados con el simbolismo no siempre se definían a sí mismos como tales. Es el caso de Odilon Redon, aunque sus inquietantes obras 'negras' de flotantes cabezas desprovistas de cuerpo, sus siniestras arañas o las deslumbrantes creaciones al óleo y al pastel que realizó posteriormente, desligadas de la realidad y con un significado enigmático y hermético, están estrechamente vinculadas con esta corriente estilística.

"En cuanto a mí, considero que he creado un arte que es expresivo, sugerente, indeterminado; un arte sugestivo es la irradiación de elementos plásticos metafísicios unidos, combinados para evocar sueños que el arte ilumina y exalta, invitando a pensar."
(Odile Redon)

"Pegaso" (1.895-1.900)
(Odilon Redon)

La mayoría de los artistas vinculados con el simbolismo eran contrarios al materialismo y habían perdido la fe en la ciencia, que no había sido capaz de paliar los males de la sociedad moderna. Estos autores decidieron indagar en la espiritualidad y los estados anímicos, concibiendo imágenes sugerentes y evocadoras, y empleando un vocabulario decorativo enriquecido con los motivos orgánicos y los arabescos del art-noveau. El arte simbolista adoptó la narrativa del mito, la temática religiosa y el mundo macabro de las pesadillas, abandonando el realismo por lo fantástico, el mundo exterior por la emoción del paisaje psicológico, lo material por lo espiritual, lo concreto por lo etéreo... Aunque el simbolismo hundía sus raíces en lo narrativo, intentaba despertar sensaciones abstractas y transmitir una experiencia universal a través de imágenes subjetivas. Estas búsquedas respondían a un anhelo generado por el lado oscuro de la modernidad: la búsqueda de lo trascendente.

"Mujer joven rezando ante un paisaje" (1.903)
(Charles Filiger)

En ocasiones, debido a sus formas peculiare, se identificaron con el simbolismo algunas obras neoimpreisonistas o nabis, como las del pintor Maurice Denis, que recurrió a la alegoría y a la religión, y utilizó líneas sinuosas, zonas planas de color o una composición decorativa unitaria.

"Abril: las anémonas" (1.891)
(Maurice Denis)

Los nabis constituían una hermandad no demasiado cohesionada cuyo arte estaba influido tanto por el sintetismo de Paul Gaugin como por las composiciones bidimensionales y los abruptos encuadres de la estampa japonesa.


"Las lindes del bosque" (1.895)
(Paul Ranson) 

A raíz de la exposición de estampas japonesas celebrada en la Escuela de Bellas Artes en 1.890, tanto la litografía como el grabado en madera experimentaron un nuevo auge en Francia cuyos principales responsables fueron, además de Henri de Toulouse-Lautrec, los nabis, que renunciaron a la pintura de caballete y extendieron su producción a otros medios como el grabado, los carteles o la ilustración de revistas como 'La revue blanche', uno de cuyos propietarios -Thadée Natanson-, fue su principal mecenas.

"La muy ilustre Compañía del Gato Negro" (1.896)
(Théophile-Alexandre Steinlen) 

Al ser una forma de arte popular, que no se atenía  a las reglas académicas que dominaban la pintura, la estampa ofrecía una libertad artística muy atractiva para muchos creadores.

Durante la década de 1.890 los artistas experimentaron con las posibilidades que ofrecían los fuertes contrastes del grabado sobre madera, como ilustra el ingenioso ejemplo del blanco y negro que Félix Vallotton hizo en sus mordaces grabados sobre la sociedad parisina.

 
"El extranjero" (1.894)
(Félix Vallotton) 

A otros nabis, como Pierre Bonnard y Édouard Vuilard, les cautivó la litografía en color, cuyos límites pusieron a prueba de muchas maneras, incluso mediante la introducción de manipulaciones en el proceso de impresión, trabajando en estrecha colaboración con el  maestro estampador Auguste Clot. Por encargo de marchantes -de los que el galerista Ambroise Vollard fue quizás el más importante-, estos autores crearon carteles y álbumes de estampas que representaban la vida contemporánea de París en escenas muy sintéticas, pero incisivas. Toulouse-Lautrec se consagró particularmente al arte del cartel, un género que permitía realizar creaciones de gran tamaño, brillantes, que atrapaban la atención del viandante.

"El fotógrafo Sescau" (1.896)
(Toulouse-Lautrec) 

"Jane Avril" (1.899)
(Toulouse-Lautrec) 

Estos anuncios efímeros pegados por las calles de París le daban la bienvenida al nuevo siglo mientras seducían a los transeuntes con su aire caricaturesco y retrataban los lugares más representativos de la bohemia -como los cafés-concierto de Montmartre-, y a sus afamados actores: 'la Goulue' ('la Glotona'), Jane Avril...

"Interior del Mirliton de Bruant" (1.886-1.887)
(Louis Anquetin) 

2 comentarios:

  1. El estilo puntillista es el que mas me gusta, me parece maravilloso, por la gran explosión de colores tan vivos que se pueden apreciar aqui les dejo una gran lista de los pintores puntillista de todos los tiempos:
    https://www.buzzfeed.com/alonzor301/les-meilleurs-peintres-pointillistes-de-tous-les-t-36ijc?utm_term=.fpAvLR42E#.tp2PDXNZy

    aqui el orden de la lista:

    1 Charles Angrand
    2 Chuck Close
    3Henri-Edmond Cross
    4 Hippolyte Petitjean
    5 Georges Lemmen
    6 Maximilien Luce
    7 Camille Pissarro
    8 Georges Seurat
    9 Paul Signac
    10 Gabino Amaya Cacho
    11 Ivette Bassam
    12 YayoiKusama
    13 Dionicio Veraméndez
    14 Kevin Sprouls
    15 Miguel Endara

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    1. Muchas gracias por tu aportación. Bucearemos en la lista que nos propones.
      Un saludo.

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