Santander, 10 de abril de 2.018
“Polina” (2.011) es una novela gráfica que
se sumerge en lo que es la esencia del ballet: en su aprendizaje, en la
importancia e influencia de los maestros o en la capacidad de sacrificio de los
artistas, pero que explora también valores como la amistad, la disciplina, la
capacidad de sacrificio o la lealtad…
La
danza es algo que se lleva en la sangre: no se aprende a bailar, pero entrar a
formar de un cuerpo de baile requiere trabajar muy duro desde pequeño. El sueño de Polina Oulinov siempre fue
convertirse en bailarina. El señor Bojinski fue un profesor duro y exigente que,
desde muy joven, le ayudó a progresar y destacar…
“Un
bailarín debe estar insatisfecho siempre: sus movimientos deben parecer
fáciles, de manera que el público perciba nada más que la emoción que
trasmiten… Cada representación es, en cierto modo, el nacimiento de algo único,
y su objetivo ha de ser alcanzar la perfección cada vez que se sube a un escenario.
Solo al final de su carrera se da uno cuenta del valor real de aquello que ha
llevado a cabo”.
El francés Bastien Vivès profundiza en lo
difícil que es para un artista expresar lo que lleva dentro y enfrentarse a su
propia creación. El mundo de la danza permite exteriorizar muchas emociones sin
utilizar palabras y le brinda la ocasión de firmar una delicada novela gráfica en
la que esboza en blanco y negro, sobre fondo gris, lo que él considera que es
la esencia del arte: sacrificio, pasión, sentimiento…
Su dibujo parece fácil, pero no lo es: sus
viñetas inacabadas y sus diálogos interrumpidos, transmiten con acierto la
emoción que envuelve a su protagonista, una joven apasionada que se da de
bruces con la dura y compleja realidad. ¡Tener sueños no es suficiente, hay que
pelear por ellos!
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