Santander, 1 de abril de 2.018
El circo ya no es lo que era: el
tradicional lema ‘más difícil todavía’
ha dejado paso a un principio no escrito que podríamos resumir en algo así como
‘más vistoso todavía’. El objetivo ya
no es ejecutar números cada vez más arriesgados, sino hacer ejercicios más hermosos,
de manera que la música, el vestuario, las coreografías, la iluminación o la
escenografía han adquirido tanto protagonismo como los artistas, o incluso más…
Esta Semana Santa el Circo Alegría ha
levantado su carpa en el aparcamiento de los Campo de Sport de El Sardinero
para presentar su última producción: ‘Aqua Circus’.
Veinticuatro mil litros de agua viajan de
una ciudad a otra junto a payasos, trapecistas y equilibristas para convertirse
en el principal atractivo de un espectáculo en el que la pista del circo se
transforma en una vistosa fuente que emerge del suelo escondida tras una
cortina de gotas de lluvia de la que emergen caballitos de mar, medusas, peces
de todo tipo, cangrejos…
Acompañar a Mar ha sido la escusa perfecta
para pasar la tarde rodeado de sirenas y piratas, con ella en brazos saboreando
la magia del circo…
No hay animales, los payasos son pésimos y
las acrobacias son las de siempre, aunque pasadas por agua y vestidas de otro
modo. El espectáculo no aporta nada nuevo, pero tampoco me esperaba otra cosa.
Es bonito, pero sin más…
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