Santander, 6 de agosto de 2.018
“Aliados” es una película dirigida por
Robert Zemeckis en 2.016 con cierto aroma vintage…
Protectorado francés de Marruecos, 1.942.
Un hombre cae del cielo. Su nombre es Max Vatan (Brad Pitt). Es canadiense,
pero viene de Inglaterra. Su objetivo: eliminar a un alto cargo nazi. Se hará
pasar por un hombre casado. Su esposa es Marianne Beausejour (Marion
Cotillard), una atractiva agente de la resistencia francesa a la que se supone
que hace meses que no ve. Les ha dicho a todos que su marido acaba de llegar de
París. Le ha echado mucho de menos… Es un tipo poco sociable, un tanto formal y
muy reservado, pero le gusta la ropa cara y siempre lleva los zapatos
relucientes.
La delegación alemana confía en ella. Debe
conseguir que les inviten a los dos a la fiesta que dentro de unos días tendrá
lugar en la embajada alemana. Las armas estarán pegadas bajo la mesa del
champagne. El embajador llegará a las ocho en punto. La maniobra de distracción
comenzará cinco minutos después. Luego todo quedará en manos de Dios. Tendrán
ocasión de hacer historia, pero las posibilidades de sobrevivir no son muchas.
Si mueren, nadie lo sabrá…
Tres semanas después, los dos seguían
vivos. Viajaron a Inglaterra y se casaron.
El teniente-coronel Max Vatan se convirtió
en un hombre sentado a los mandos de una aburrida oficina. Tuvieron una hija y
durante un año fueron totalmente felices, pero las uniones formadas en una
misión nunca prosperan. Los sentimientos siempre lo estropean todo, aunque sean
auténticos…
La sección V sospecha que Marianne es una
espía alemana. Llevan varios días interceptando mensajes cifrados enviados
desde Londres a Berlín utilizando un transmisor inalámbrico. Aún no conocen el
origen de la señal, pero proviene de un lugar muy próximo a la residencia de
ambos y toda la información transmitida, relativa a las actividades de
operaciones especiales en Francia, proviene del despacho de Max. Saben que la fuente
es una mujer, y un oficial alemán capturado en Tobruk asegura que la auténtica
Marianne Beuasejour fue detenida y ejecutada en mayo de 1.941, después de que
toda su red en París fuera eliminada. Fue suplantada por una agente alemana de
complexión y tez y similar que fue trasladada a Casablanca, donde nadie conocía
a la auténtica Marianne. El embajador alemán en Marruecos contra el que ambos
atentaron resultó ser un disidente que Hitler quería eliminar…
Si Marianne resulta ser efectivamente una
espía, deberá ser retenida durante setenta y dos horas para poder identificar a
su contacto y acabar con el resto de su red. La pondrán a prueba. Max recibirá
una llamada. La atenderá y tomará nota del mensaje recibido en un lugar en el
que su mujer pueda verlo. Será una información falsa, pero parecerá de gran
importancia y ella pensará que debe transmitirla rápidamente. Si cuando se
descifren las comunicaciones del enemigo, dicha información se encuentra entre
las enviadas desde Londres tendrán la certeza de que Marianne no es quien
afirma y deberá ser ejecutada por el propio Max. Si, por el contrario, dicha
información no aparece en las transcripciones, todo habrá sido un lamentable
error.
Max debe regresar a casa y actuar como si
no supiera nada. No debe investigar por su cuenta ni intervenir de ningún modo,
pero es posible que esté durmiendo con el enemigo: ¡no puede quedarse de brazos
cruzados! Sin embargo, tal vez sea a él a quien están poniendo a prueba…
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