miércoles, 18 de abril de 2012

THE BLACK BIRDS: la noche de los lunes su casa es la casa del rock

Santander, 9 de marzo de 2.012

Dicen que los lunes por la noche el Black Bird Club se convierte en la casa del rock y va a resultar que es cierto.

Phil Grijuela nos lo había advertido hace unos meses, después de un desangelado concierto en Laredo: “hemos montado algo “grande” para la noche de los lunes en el Black Bird; sabemos que a principios de semana es más complicado para todos, por eso empezamos pronto, pero parece que se está formando un grupillo de asiduos que está muy bien. Es otra forma de empezar la semana”.


Desde entonces el rock siempre fue una opción para la noche de los lunes pero las circustancias no me lo han puesto fácil.

Hoy por fin he podido descubrir a que se refería y he llegado a tiempo de subirme a un barco que está a punto de zarpar y lanzarse a la grabación de su primer disco.

Apenas un par de temas han sido suficientes para comprobar que este proyecto merece mucho la pena: Phil envuelve su desgarrada voz con el agresivo sonido de una banda que atesora calidad y fuerza para versionar un puñado de temas menos conocidos de lo habitual en este tipo de conciertos.

Es verdad que en la sala proliferan los asiduos, pero el “bufón de Satanás” ha tenido el buen gusto de dirigirse a una jovencita que bebía coca-cola sentada en primera fila, inédita hasta hoy en los conciertos de The Black Birds, para brindarle la presentación de los músicos que le acompañan: al fondo Rodri Irizábal, que se ha marcado un espectacular sólo de batería, y a su lado, Iván Velasco, impresionante guitarrista, y Pepe Masides, virtuoso del bajo.

Juntos, se han desbocado sobre el escenario desatando un torbellino de rock que nos ha arrastrado proporcionándonos un subidón de adrenalina con el que será más fácil comenzar la semana.

Dudo que pueda convertirme en un asiduo más, pero repetiré seguro…


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