Potes, 11 de marzo de 2.015
...deshacemos el camino recorrido.
Nos dirigimos a Potes y aparcamos justo después de atravesar el puente que cruza el río Quiviesa, afluente del Deva, frente a la mastodóntica iglesia nueva de San Vicente.
Nos dirigimos a Potes y aparcamos justo después de atravesar el puente que cruza el río Quiviesa, afluente del Deva, frente a la mastodóntica iglesia nueva de San Vicente.
En el siglo XV, tras una serie de enfrentamientos por la posesión del señorío, pasó a manos de Iñigo López de Mendoza -I Marqués de Santillana-, y posteriormente de su hijo Diego Hurtado de Mendoza, I Duque del Infantado, título concedido por los Reyes Católicos en el año 1.475.
Cruzamos el río y nos perdemos por las empedradas calles del pueblo hasta dar con un buen lugar donde comer.
El cocido lebaniego y la fabada asturiana nos intimidan demasiado pero nos atrevemos con unas sabrosas alubias con jabalí y un revuelto de setas. Unos discretos segundos y unos riquísimos postres caseros completan nuestro 'menú del día'.
En las tiendas situadas en los soportales de la calle principal, junto al templete situado frente a la Torre del Infantado, compramos un ramillete de plantas silvestres de color amarillento que crecen en las tierras altas de Liébana y que los lugareños utilizan para hacer 'te del puerto', una digestiva infusión que les gusta salpicar con un reconfortante chorrito de orujo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario