jueves, 4 de junio de 2015

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS: la televsión está a la altura del teclado del ordenador de María Dueñas

Mogro, 4 de junio de 2.015


María Dueñas publicó "El tiempo entre costuras", su primera novela, en 2.009. El teclado de un ordenador rebentó su destino: el éxito de la novela fue fulgurante y desde entonces ha sido traducida a más de veinticinco idiomas, vendiéndose más de un millón de ejemplares.


Ignoré a quienes me decían que era un libro para mujeres y lo leí. Pienso, como ella, que la sensibilidad de mujeres y hombres no es la misma y que unas y otros escriben de un modo diferente, pero me niego a aceptar que esto signifique que haya novelas destinadas a un público exclusivamente femenino. ¡¡¡Me encantó!!!

El 21 de octubre de 2.013 se estrenó en Antena 3 la adaptación televisiva de la novela, repitiéndose el éxito cosechado por aquella.
Una maravillosa banda sonora compuesta por César Benito, una fotografía y unas localizaciones extraordinarias y un vestuario y unos decorados cuidados y elegantes son los pilares sobre los que se asienta una excelente producción de once capítulos que está a la altura de la fuente de la que bebe.


Sira Quiroga (Adriana Ugarte) es una joven costurera de origen humilde que abandonó Madrid para viajar a Tanger acompañando a un hombre al que apenas conocía pero del que estaba profundamente enamorada.
Descubrió un mundo nuevo pero su amante no tardó en abandonarle dejándole con un montón de deudas sobre sus espaldas.




La guerra le sorprendió en Tetuán...
El comisario Vázquez (Francesc Garrido) consiguió que el hotel en el que ella y Ramiro (Rubén Cortada) se habían alojado en Tánger le concediese un plazo de un año para pagar la deuda adquirida y le encontró acomodo en la pensión de doña Candelari (Mari Carmen Sánchez) pero también le retiró el pasaporte y ahora controlaba sus pasos. Necesitaba encontrar un trabajo...


Nunca imaginó que jugarse la vida cruzando una ciudad de un país extranjero con un traje de pistolas sobre su piel marcaría su destino pero con el dinero que sacó por ellas recuperó las riendas de su vida. Compró telas, agujas e hilos que le devolvieron las sonrisas que la vida le había arrebatado e inauguró un elegante taller de costura que pronto empezó a ser frecuentado por las esposas y amantes de los militares asentados en la ciudad.


Se inventó un pasado glamuroso que contar a sus clientas y recuperó las riendas de su vida. Hizo amigos, se sumergió en las calles y mercados de Tetuán y sus cimbreantes caderas nos descubrieron los encantos del protectorado español pero en ocasiones la suerte se encarga de tomar decisiones por nosotros...



La guerra en España había terminado pero el mundo estaba al borde de otra contienda: el destino quiso que ella pudiese hacer algo para evitar que su país tomase parte en el conflicto. Los responsables del servicio secreto inglés en España se pusieron en contacto con ella y le propusieron trasladarse al Madrid de la posguerra para abrir un nuevo taller de costura que le permitiese espiar a las esposas de los altos cargos alemanes asentados en la capital y ella aceptó.


Guapa, elegante y leal a sus amigos, para entonces ella era ya una mujer resuelta y valiente que se dejó la piel por un país que empezaba a recuperarse de una lucha fraticida y se topó con el amor.




Lo que les ocurrió a las personas que compartieron con ella aquellos tiempos turbulentos puede consultarse hoy en las bibliotecas. Personas como Juan Luis Beigbeder (Tristán Ulloa) -ministro de asuntos exteriores durante los primeros años del régmen franquista- o su amante, Rosalinda Fox (Hannah New) pasaron a los libros de historia mientras personas como Sira no lo hicieron aunque eso no significa que sus vidas fuesen menos importantes porque al fin y al cabo todos jugamos nuestro papel en el destino del mundo. Ella se mantuvo siempre al otro lado de la historia, activamente invisible en un mundo que vivió entre costuras...


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