domingo, 15 de enero de 2017

PROMÉTEME QUE SERÁS LIBRE y TIEMPO DE CENIZAS: acaso se puede ser feliz sin ser libre...

Santander, 7 de enero de 2.017

Jorge Molist es un ingeniero barcelonés que, después de ganar en 2.007 el Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio con su obra “La reina oculta”, decidió abandonar su profesión y dedicarse por completo a la escritura. Hasta entonces sus historias habían estado ambientadas en la Edad Media, pero su siguiente libro: “Prométeme que serás libre” (2.011), le llevó a sumergirse de lleno en el Renacimiento.


Esta novela cayó en mis manos en 2.014 y sin darme cuenta, de manera fortuita, me encontré recorriendo los escenarios descritos entre sus páginas de la mano de mi prima Mari Carmen…

Una mañana de 1.484, una galera pirata asaltó la aldea de Llafranc. Ramón Serrá no pudo impedir que su mujer y sus hijas fueran secuestradas: murió defendiendo a su familia, pero antes de hacerlo le pidió a su hijo de doce años que le prometise que siempre sería libre…
El pequeño Joan y su hermano pequeño se trasladaron a Barcelona. Allí se convirtió en aprendiz de la librería de los Corró y conoció a Anna, de quien se enamoró perdidamente. Su vida se conviertió en una tremenda aventura que, con el tiempo, habría de llevarle a Génova donde, después de diez años de esclavitud y separación, pudo reencontrarse con su madre y su hermana y rescatarlas de su particular infierno.

Convertidos en marido y mujer, Joan y Anna aspiraban a convertirse en libreros y ser felices. Merced a la ayuda de Michelloto -perro fiel de los Borgia-, lo consiguieron: se trasladaron a Roma y con su ayuda abrieron su propio negocio y se convirtieron en los principales protagonistas de “Tiempo de cenizas” (2.013).
Jorge Molist no construye una novela redonda, pero acierta a encadenar una sucesión de amenas aventuras que nos permiten ser testigos de algunos de los acontecimientos más importantes de finales del siglo XV y principios del XVI...


Joan sabía que la suerte de su familia dependía de las armas de los 'catalani', partidarios del papa Alejandro VI: ¡él era uno de ellos!
Convertido, sin saberlo, en sicario de Michelloto, asesinó a Juan Borgia y su hermano, César, tomó el poder.
Mientras en Roma el papa pretendía construir una Iglesia poderosa, a salvo de las presiones mundanas de príncipes y reyes, en Florencia, Savonarola convertía el exceso de virtud en vicio. Era preciso apagar cualquier rescoldo de sus famosas ‘hogueras de las vanidades’...
César Borgia –culto, elegante, protector del arte y de los artistas, gran general y astuto estadista-, era admirado y temido por sus rivales. Toda Italia se volcaba en parabienes por sus hazañas y la mayoría de las monarquías europeas se unían a las felicitaciones. Las tropas del Gran Capitán entraban triunfantes en Nápoles y él consolidaba sus conquistas en el norte de Italia, pero la guerra distaba mucho de terminar y Joan era conscinete de que el tiempo de los 'catalani' estaba próximo a su fin...
El 18 de agosto de 1.503, la muerte de Alejandro VI -once años después de su ascensión al papado- desató la furia de Roma. Joan se sentía en deuda con la familia Borgia y con Michelotto, pero debía cuidar de su familia así que abandonó su librería y todos juntos regresaron a Barcelona. La silueta de la montaña de Montjuic y los campanarios de la catedral y de Santa María del Mar le dieron la bienvenida. La ciudad tenía el mismo aspecto que cuando la vio primera vez, hacía más de veinte años. Antes de morir, su padre le había pedido que fuera libre y él había escogido el camino de los libros para hacerlo. Estaba en Barcelona para continuar la labor que un día hicieron los padres de Anna, Bartomeu o su maestro Abadalá. Temía a la Inquisición pero debía aceptar su miedo y enfrentarse a él. Solo así podría ser verdaderamente libre...

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