martes, 15 de mayo de 2018

BRUJEANDO: ¡su futuro pende de un hilo!

Santander, 27 de abril de 2.018

Ojeando una entrevista concedida a finales del año pasado por Juanjo Guarnido, coautor junto a Juan Díaz Canales del multipremiado comic “Blacksad”, descubrí que el granadino es el autor de las ilustraciones de “Brujeando”, una colección de tres álbumes con un final abierto que el propio artista define como “muy bonito”.
Contaba que, pensando en sus hijos, le apetecía hacer algo para niños, y que habló con Juan Díaz Canales para ver si tenía bajo el brazo algún guión destinado al público infantil o juvenil. No fue él quien le contestó sino su esposa, Teresa Valero, autora de un cuento repleto de hechizos, disparatados conjuros y mágico encanto.



Los mortales ya no necesitan a las hadas; pasan de ellas, de las brujas y hasta de Lucifer… Total, ¿para qué los necesitan? ¡Ya tienen la televisión! En su mundo no hay ni anuncios, ni nominaciones, ni expulsiones, ni gente contando sus intimidades… ¡Su futuro pende de un hilo!

Febris, Brygia y Sortilega son tres brujas cuya vida se está complincando mucho últimamente. Cuando creció, su sobrina Panacea, a la que ellas habían criado como una hija, se fue a vivir con los mortales, pero ahora, diez años después, en el triste naufragio de su vejez, ha regresado para presentarles a su hija Hécate y a su marido, Rex Spot, un insoportabla y presuntuoso príncipe del consumo superfluo y del marketing…


 

“Enamorarse es una dura prueba
para la dignidad…”

Mientras tanto, un pícaro bebé, -inquieto, independiente y poco disciplinado-, se ha fugado del reino de las hadas y recalado en casa de las brujas. Jamás ninguna hada se había atrevido a asomar sus alas por aquellas tierras oscuras, aisladas de todo, ajenas al mundo moderno y sus progresos, pero las tres desquiciadas solteronas la han recibido con los brazos abiertos, dispuestas a cuidarla como en su día hicieron con Panacea.



La pequeña Hazel tiene que estar en alguna parte…
Las hadas la buscan en el mundo de los hombrecillos de pequeña estatura y mal genio que desconocen la educación más elemental, en el de los hábiles arqueros de orejas puntiagudas y largos cabellos -atractivos pero engreídos-, y en el de los seres de aliento pestilente, estatura desmedida y cerebro mínusculo.




Su reina la busca in-cluso en el mundo de las brujas y de las co-sas feas, sucias y de-sagradables, que no deberían existir, pero no consigue dar con ella…

¿Por qué habría de renunciar una joven hada a pasar la eternidad con su familia, rimando en buena hermandad, tocando la lira y aburriéndose sin fin, siempre y a perpetuidad?



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