jueves, 5 de abril de 2012

SARA BARAS - "LA PEPA": exaltación de la libertad


Santander, 1 de abril de 2.012

Fue hace un buen puñado de años cuando Sara Baras y su joven compañía fundada en 1.997, el Ballet Flamenco Sara Baras, me abrieron las puertas del flamenco y desde entonces no he dejado de admirarla.

En 1.999 su espectáculo “Sueños” visitó el  Palacio de Festivales; la gaditana, que contaba ya con José Serrano a su lado como artista invitado de la compañía, daba rienda suelta a la agitación que produce la música dejándose llevar por su alma flamenca y su arte me enamoró para siempre.

Después de aquello, en el año 2.000, la gaditana se vistió de “Juana la Loca” para taconear en el Teatro Coliseum de Madrid la desdicha de una reina loca de amor, apasionada hasta el desenfreno y abnegada hasta el supremo sacrificio, y en 2.005 homenajeó a su madre, su primera profesora de baile, dedicándole “Sabores” (2.005), una obra sin hilo argumental en el que degustamos los distintos palos del flamenco coloreando sentimientos.

En 2.006 la música española se cubrió de arte y lujo reuniendo sobre los escenarios lo potente voz del tenor catalán Josep Carreras y el baile apasionado de la gaditana para vestir sobre el tablao algunas de las composiciones de los más grandes maestros de nuestra historia: Falla, Albéniz, Lorca.

En la primavera de 2.010, después de toda una vida bailando, Sara Baras anunció su retirada temporal de los escenarios: “Quiero ser madre, y los médicos me han dicho que para ello, por mi tipo de baile, tengo que parar”.

Ahora, coincidiendo con la celebración del segundo centenario de la promulgación de la Constitución de Cadiz el ayuntamiento de su ciudad le ofreció la posibilidad de vestir de flamenco a “La Pepa” y ella orgullosa aceptó el reto.

Sara Baras estrenó su nuevo espectáculo, “La Pepa”, el 19 de marzo, día de San José, en el Gran Teatro Falla de Cadiz, y hoy ha comenzado en el Palacio de Festivales una gira que seguro será larga y exitosa.

 

El sonido de los cañones anuncia el horror de una guerra, la de la Independencia (1.808-1.814); el cuerpo de baile, vestido de negro, nos recuerda el valor de un pueblo que se resistía a la invasión francesa.

El mar azul y los atardeceres rojos tiñen de color la bahía de Cádiz y el pueblo batallador, alegre y libre abarrota su puerto.

En 1.810 se constituyen las Cortes de Cádiz y representantes de las provincias españolas y de los territorios américanos bailan con la libertad que ansían sentando las bases de un estado democrático.

En 1.812, José Serrano, bailaor y presidente de las Cortes Generales de España, orgulloso y desafiante, promulga la nueva constitución:

“Dicen que la Pepa no es sólo un símbolo.
Dicen que la Pepa es un sentimiento, una actitud;
una manera de sentir, una forma de ser;
un carácter, una esperanza…

Algo que se lleva dentro, algo que nos trae la mar;
algo que se te pega como una lapa y huele como un “burgaillo”;
algo que no se lleva el levante porque está “metiito” dentro del corazón.

Dicen que nuestra Pepa no nació el 19 de marzo de 1.812;
nuestra Pepa ya estaba.
Rezó por aquellos que sufrieron, por todos aquellos que murieron;
y luchó por un mundo libre.
Dicen que nuestra Pepa es la voz del pueblo en forma de mujer
y respira libertad”
(Sara Baras)

Sara Baras se transforma en “La Pepa”, exaltación de libertad que baila con pasión y entrega poniéndonos el vello de punta y agradece emocionada la ovación de un público que puesto en pie reconoce su talento.

¡Que Grande!

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