Santander, 14 de noviembre de 2.014
También yo me dejo llevar...
No necesito viajar a París, Génova o Londres para acordarme de ti. Me basta con dar un paseo por Santander o escuchar una canción...
Eras mi chica ayer, eres mi chica hoy y serás mi chica siempre.
Desde el principio, la sinceridad fue algo normal entre los dos.
El silencio dio calor a nuestro amistad:
nos conocemos como la lluvia al sol.
Los dos somos fieles al latir de nuestro corazón,
y aunque no hay ley que pueda atarte a mí,
ni yo me iré mañana ni dejaré que tú lo hagas.
Me acuesto a tu lado:
juntos reventamos la barrera del sonido, jugamos y reímos...
Dejé pasar un invierno frío y,
al doblar la esquina,
me topé con tu primavera.
La luz de la mañana entra en la habitación:
eres sol, espiga y deseo.
¡¡¡Elixir de juventud!!!
Tocar el cielo con las manos dejó de ser una expresión.
Eres el sitio de mi recreo,
la cresta de esa ola sobre la que cabalgo hacia un futuro ilusionante.
Me he enamorado, y te quiero.
Sólo deseo estar a tu lado,
soñar con tus ojos,
besarte en los labios,
sentirme en tus brazos
y ser muy feliz.
Si me das a elegir...
¡¡¡me quedo contigo!!!
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