miércoles, 20 de mayo de 2015

GRANADA: ¡yo no estoy ciego! (I)

Granada, 20-25 de abril de 2.015


Llegamos a la muy noble, muy leal, nombrada, grande, celebérrima y heroica ciudad de Granada a última hora de la tarde...
Cae la noche mientras nos registramos en el Hotel Granada Center, próximo a la autovía y situado a solo diez minutos del centro de la ciudad. Nos instalamos y salimos a conocer la capital del reino nazarí, situada al pie del macizo montañoso más alto de la Península Ibérica: Sierra Nevada.
Seguimos las indicaciones del personal de la recepción del hotel y en un abrir y cerrar de ojos estamos frente a la catedral: desde la Plaza de las Pasiegas contemplamos su fachada principal.


El silencio de la noche invita a pasear saboreando rincones que a partir de mañana degustaremos a la luz del día. Damos la vuelta a un edificio comprimido por la ciudad que le envuelve: pasamos frente a la Puerta del Perdón y llegamos hasta la Capilla Real. Nos detenemos frente a la antigua Madraza, nos colamos en la desierta Alcaicería y nos acercamos a la cercana Plaza Ibi-Rambla. 





Ejercemos de pardillos y buscamos un lugar para cenar. Es tarde para encontrar las tradicionales tapas granaínas y nos sentamos en una terracita de la Plaza Pescadería antes de regresar al hotel.
Un camarero nos ofrece tortilla de Sacromonte:
"¿Qué lleva?", preguntamos.
"Habazizezoz", nos responde.
Fruncimos el ceño, le miramos extrañados y el camarero, llevándose la mano derecha a la sien, insiste: "Habaz y zezoz. ¡Ez la maz inteligente!"
Desechamos la idea; nos decantamos por unas verduritas y un pescadito frito y después, cuando el camarero ya se ha ido, nos hartamos de reír...

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